miércoles, 27 de enero de 2010
-¿Melisa?- preguntó Luciana mientras seguía caminando hacia nosotros-. ¿Eres tú?
Mel caminó hacia Luciana, arrastrándome con ella.
-Si, soy yo- Luciana se quedó muda procesando esa información, hasta que estalló.
-¡OH! Lo siento tanto, no me di cuenta que eras tu. Lo lamento mucho, Mel, perdona. No tenia idea… - su voz se quebró, dejando el resto de sus palabras flotando en el aire.
-No te disculpes. Nadie salio herido…
-Por ahora- murmuré. Todos se voltearon a ver mi expresión pero yo me dirigí a ese estúpido que le salvo la vida a Mel-. ¿Quién eres?
Este abrió los ojos sorprendido por mi pregunta.
-¿Es que Meli no te dijo nada de mi?- sonrió cuando Mel le dedicó una mirada envenenada-. De todos modos, ¿importa?
-Si, si importa. Porque tuviste que haber tenido una razón para salvar a Melisa- Mel le clavó una mirada de advertencia al desconocido.
-Si, tuve una razón, más bien tuve varias- la sonrisa de su rostro se desvaneció-. Entonces, ¿quieres saber quien soy?
-No- susurró Mel-. No vas a ganar nada diciéndole la verdad, Christian. Max no es tan tonto como para caer en tus engaños.
Mi mirada voló de la cara preocupada de Melisa al rostro serio de ese tal “Christian”.
-Soy su “ex”- me sonrió-. Uf, se quedo mudo.
¿Ex? ¿Seria que ese cretino fue en un momento un… novio de Mel? Pues, no tendría que sorprenderme. Yo tuve mis novias ¿no?, ella tenia derecho a tener novios también.
-¿Max?- susurró Mel a mi lado.
-¿Qué pasa, hombre? ¿Arruiné tu relación con Meli?
Tardé un minuto en darme cuenta que se estaba burlando de mi.
-En realidad, no- sonreí, y el puso cara de confusión-. Me estas dando esperanzas.
Mel me miró y no pudo contener un “¿eh?”. Pero ella no era la única confundida. Christian alzó una ceja.
-¿Esperanzas? ¿Esperanzas de hacer que Mel rompa contigo?- sonrió por su mal chiste.
-No. Esperanzas de saber que Mel rompió contigo- su sonrisa se desvaneció rápidamente.
-¿Y tu que sabes si ella fue la que rompió?- una vena comenzó a latir visiblemente en su frente por la rabia.
-Es más que obvio. Ya que tu viniste arrastrándote hasta ella y no ella hasta ti.
Christian comenzó a temblar por pura ira que le había causado. Una luz azul rara comenzó fluir por sus manos mientras las trasformaba en puños.
-¡Chris! ¡Tranquilízate!- le gritó Mel mientras se ponía delante de él quedando de espaldas a mi. Puso sus manos sobre su espalda y vi como una luz roja fluía por las manos de Mel. Una pelea. Mel estaba preparando esa “luz” para atacarlo en caso de que él eche su “luz” antes enzima de nosotros, más bien enzima mío.
-¿Qué me tranquilice? ¡¿Porque demonios me vas a decir que me tranquilice?! ¡No te importa nada de lo que yo haga! ¡Solamente quieres protegerlo a él! Yo ya no te importo.
Mel retrocedió varios pasos como si le hubieran dado un puñetazo en el rostro. Las palabras de ese estúpido la estaban lastimando. ¿Y por que la lastimaban? ¿Era él algo mas para ella que un simple ex-novio? Se ve que si.
-No…- Mel negó con la cabeza tratando de olvidarse de sus palabras-. ¡Eres un simple idiota, Chris! ¡Tú me abandonaste! ¡¿Es que no lo recuerdas?! ¡Me dijiste que te esperara!- de sus ojos comenzaron a brotar lagrimas, muchas lagrimas-. ¡Te espere una semana! ¡Una semana! Nunca volviste, Christian. ¡Me abandonaste!
-¡No lo entiendes!- Christian se acercó con 2 grandes zancadas y quedó a pocos centímetros de Mel. Ambos todavía tenían sus manos llenas de luz-. Si, te dije que esperaras. ¡Pero no tenia pensado que me iba a tardar una semana!
-¿Dónde habías ido?- ahora ambos hablaban en susurros que me resultaban difíciles de escuchar. Mel puso la mano sobre la barbilla de Christian y la alzó para que la mirara a la cara-. Christian. ¿Dónde habías ido?
-Fui a buscar a tu familia…- Mel soltó la barbilla de su ex repentinamente, y las lagrimas comenzaron a brotar otra vez de sus ojos-. No tenia idea de donde se encontraban. Tú no recordabas nada, así que tuve que ir en cada rincón preguntando por la familia de “Melisa”. Todos me preguntaban tu apellido pero tampoco te lo acordabas. No me había dado cuenta de que había pasado tanto tiempo desde que te dejé en mi casa. Volví lo más rápido que pude, encontrándome con que te habías ido.
Melisa se quedo boquiabierta mirando a ese muchacho que en un momento ocupó buena parte de su vida. Las lágrimas no dejaron de caer sobre sus mejillas.
Sentí una mano sobre mi hombro y voltee a ver quien se le daba por ser tan valiente de acercarse a mí. Merlina. Ella estaba dándome suaves golpecitos en el hombro, estaba dándome ánimos, aunque todavía no sabía por que. No entendía nada de lo que mi novia y su ex decían.
Melisa se movió y todas las miradas fueron hacia ella. La luz en sus manos había desaparecido y la que estaba en las manos de Chris también. Ella pasó los brazos por la cintura de Christian y él la envolvió con sus musculosos brazos.
Esto tendría que afectarme, mi novia estaba llorando y yo tendría que estar dándole ánimos. Pero ella estaba allí abrazándose con su posible nuevo novio. Y yo estaba aquí, partiéndome en mil pedacitos por dentro, pero firme por fuera.