domingo, 29 de noviembre de 2009

Cap 4: Buen intento

Me levante temprano por el zumbido de un mosquito en mi oído. Me peine el desorden de mi cabello y baje para desayunar.

El cielo estaba cubierto de nubes pero, por alguna razón, sabia que en cualquier momento empezaría a llover.

Comí el desayuno rápido para no tener que charlar con mi padre. Este empezó a bajar las escaleras cuando termine de comer. Me apresure en ponerme mi abrigo y salir por la puerta. Al cerrarla detrás de mi escuche a mi padre llamarme, pero no me volví para escucharlo.

Era demasiado temprano, no quería despertar a Max, así que me dirigí a la playa. Ya que no tenía prisa alguna me metí en una tienda a comprar un helado, aunque hacia frío. Al abrir la puerta mi mirada se concentro en una mujer que estaba comprando algo, no pude ver su rostro hasta que se dio la vuelta y el viento retiro su cabello de la cara, era una joven, según mi mente, tenia alrededor de los 17 años. Observe su cara al resultarme tan familiar; sus ojos pardos y su pelo castaño rojizo y llevaba ropa de deporte. Su mirada se cruzó con la mía en unos instantes y supe que algo le iba a ocurrir.

La joven salio de la tienda y puso un pie en la calle, una rápida visión recorrió mi mente de su cuerpo sangriento tirado en el borde de la acera y un camión que estaba estacionado a su lado. Corrí en su dirección lanzándome sobre ella para sacarla de la trayectoria del camión. El camión pasó rozando mis pies y los de ella.

- ¿Estas bien? – Pregunté, la joven no reaccionaba y la sacudí un poco. La gente se empezaba a acumular alrededor de la joven, una de esas personas llevaba una botella con agua, se la quite y se la eche encima a la joven- ¡Contesta! – Le grité. Seguía sin mover un músculo. Escuchaba perfectamente el sonido de su corazón, asíque muerta no estaba. Le di una cachetada y esta reacciono al instante (Se ve que le pegue muy fuerte, mi mano quedo marcada en su mejilla)

- ¿Eh?- Dijo mirando para todos lados con la mirada ausente - ¿Qué paso?- La ayude a levantarse y le conteste:

- Te salve de quedar aplastada por un camión- Me reí sin sentido. La joven me miró confundida con sus ojos pardos-Me llamo Melisa- dije mientras le ofrecía la mano.

- Yo Luciana- Se presento mientras tomaba mi mano y la estrechaba-¿Te conozco?

-No estoy segura, pero tú me pareces familiar- Admití

- Si, también tu a mi- Todavía no había soltado mi mano y seguía estrechándola sin ser conciente de ello.

- Bueno, debo irme, están esperándome- Esta se fue yendo y me saludo desde lo lejos con un gesto de mano, se lo devolví y le sonreí, me devolvió la sonrisa.

Llegué a la playa sin mi helado, me lo había olvidado. Suspire por lo bajo.

-¡Bravo!, te dejo sola una mañana y ya salvaste mas de 1 vida- Di un pequeño salto por la sorpresa de no haber escuchado los pasos de Max- Hola – Dijo mientras me besaba en la mejilla

Se sentó a mi lado y me tomo de la mano y observamos una joven que estaba surfeando en la vacía playa. Mis ojos se desviaron de la talentosa joven, a un punto brillante que lo notaba en el rabillo del ojo, era fuego. Una joven con pelo negro y ojos chocolate estaba sentada junto a una gran fogata en el otro extremo de la playa. Me concentre en ella y descubrí en sus rasgos que tenia mas o menos la misma edad que Luciana. La joven al lado del fuego me miro con sus ojos chocolate y no retiro la mirada. Luego de evaluarme miro el fuego y puso su mano cerca de este, cada vez mas y mas cerca, hasta que lo toco, y no retiro la mano por la quemadura, fije mi mirada en su mano pero no tenia nada. Me quede mirándola boquiabierta. Volví mi vista a la joven con talento en el agua y descubrí que era Luciana, la joven de la tienda. Mire a mi izquierda y había un bosque, se escucho un ruido de árboles chocando que provenía desde hay, las aves se escapaban del bosque. Me limite a mirar al bosque, tratando de escuchar de nuevo el sonido de choque, pasaron algunos segundos, y se escucho, unos árboles se movieron de entre los otros. Sin pensarlo eche a correr hacia el bosque buscando a la persona que estaba haciendo eso. Max me siguió atrás.

-¿Qué sucede?- Pregunto mientras me daba alcance y se ponía a mi costado.

-Algo esta tirando los árboles abajo- Le respondí con tono serio.

- ¿Cómo…?- Se detuvo porque otro choque de árboles se escuchó, pero mas cerca que antes. Seguí el ruido del choque y perdí el sonido. Me detuve tratando de escuchar de nuevo. Un árbol a mi costado se abalanzo sobre nosotros un poco y luego volvió a su lugar, seguramente era el viento. El árbol se volvió a abalanzar y entonces vi a una mujer con cabello castaño oscuro y ojos cafés, esta movía los brazos al compás del árbol, centró sus ojos cafés en mí y luego echó a correr. La seguí, pero los árboles no estaban a mi favor, cada vez que esquivaba uno había otro a su costado. La joven desapareció de mi vista y de mis oídos.

-Búscala- Le ordene a Max

Comencé a correr de nuevo en el bosque tratando de encontrar un aroma, un sonido, una señal de que la extraña joven seguía hay. No sabia con exactitud por que la estaba buscando, pero sabia que la tenia que encontrar.

Un chasquido interrumpió mis pensamientos. Se oyó otro pero mas cerca, me pegué a un árbol tratando de que la persona que aya realizado ese chasquido con los pies no me viera. El chasquido se escucho del otro lado del árbol, mantuve la respiración y empecé a sudar por la desesperación. Algo me tapo la boca haciéndome gritar. Sentí un cuerpo del que provenía esa mano que me tapaba la boca. Escuche su mano yendo hacía su bolsillo, sentí el olor a metal, y oí el filo al pasar por su bolsillo, puso el cuchillo en mi garganta y acerco su boca a mi oído, su respiración era muy baja pero agitada.

-¿Qué sos?- Preguntó la voz femenil de mi oído. La mente se me puso en blanco y lo único que fui capaz de hacer fue golpear su ombligo con mi codo y salir corriendo. Esta me siguió con velocidad humana, acelere mi paso y mantuve la vista fija al frente tratando de no chocarme con nada.

Estuve tan cerca de volver a la playa, pero plantas empezaron a crecer a mis pies, sujetándome, haciendo que tropiece. Caí al suelo sobre mi cara, porque las plantas sujetaban mis manos. Cuando estaba en el suelo me empezaron a rodear.

-Buen intento- susurro la voz. En mi cabeza vi la imagen de una joven arrojándome un cuchillo y cayendo en mi cabeza, volví a la realidad y escuche el cuchillo yendo hacia mí. Corrí la cabeza lo mas que pude hacia le costado y el cuchillo calló a mi lado. Libere mi mano con la mayor fuerza que pude y agarre el cuchillo, corte las plantas con este y me liberé

“¡Corre a la playa! ¡Corre!” Le ordene a Max por pensamientos. Pise la arena y vi todo vacío. La joven de la fogata se había ido, y la fogata estaba apagada. Mire al mar en busca de Luciana, pero tampoco estaba, mire la calle buscando alguna persona, pero nadie estaba. “¿Max?” no contestaba.

Gire para ver todo a mí alrededor. Di un salto al encontrarme a Max detrás de mí.

-¿Qué fue lo que estaba hay?- Me pregunto con tono serio, duro.

- Yo… No… No lo se- Dude mientras respondía.

- Debemos irnos, esta anocheciendo- Seguía con el mismo tono duro y serio de antes.

Ese no era Max, no, no podía ser el. El nunca era tan duro. Me pare al frente de esa cosa y mire sus ojos. No tenía pupilas. ¿El anciano? ¿Qué hacia el acá?

-¿Qué haces tu acá?– le dije bruscamente - ¿Dónde esta Max?

- Si que tienes talento- Me respondió el anciano en el cuerpo de Max. Lanzo unas risitas y luego se transformo en el anciano arrugado que yo recordaba.

-¿Dónde esta Max?- Repetí.

-Esta por hay echo invisible, búscalo tu, yo no tengo tiempo- se metió en el agua y no volvió a salir.

-¿Ahora como hago?- Murmure para mis adentros.

Cerré los ojos y me concentre en la invisibilidad, los abrí y busque a Max, pero seguía sin verlo, talvez no me concentre lo suficiente, se supone que se tiene que ver todo verde. Comencé a pensar en muchas cosas a la vez, concentrándome en cada una de ellas, alguna tenia que servir: Ver, visión, invisibilidad, ojos paranormales, Max…. Abrí los ojos y estaba todo verde. Bien. Busque a Max y lo encontré, estaba arrodillado junto a la fogata apagada, me dirigí hacia él con curiosidad.

-¿Max?- Pregunte deteniéndome a pocos metros de el, no respondió y siguió con la cabeza mirando hacia abajo, me acerque otros pasos hacia el - ¿M-Max?- Mi pulso tembló cuando mi mano se alzo hacia delante acercándome a el- ¿Sos-s vo-os?- La voz me tembló

Me acerque mas y mas, hasta estar a su lado y le toque el hombro…

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